SERGIO BELINCHÓN > Four Found Films
Sala de exposiciones “Santiago Ydáñez”, La Vicaría - Puente de Génave (Jaén)
Hasta el 22 de marzo de 2016
Cuando en los años 70 dos mujeres decidieron grabar más de 20 horas de película sobre sus vacaciones alrededor del mundo, sabían que el hecho de conseguir que alguien estuviera treinta minutos viendo la grabación sería ya toda una proeza, pero conseguir que un día formara parte del trabajo de un artista, sería algo insólito. Sus imágenes cliché y sus poses saludando a cámara serían vistas por un público ajeno a su entorno, ya no saludaban a sus familiares y amigos, sino al mundo entero.
Quien se ha encargado de recopilar material ajeno, huérfano y anónimo de filmaciones domésticas y amateurs, ha sido el fotógrafo y artista plástico Sergio Belinchón (Valencia, 1971). A través del found footage, que es como denomina el cine vanguardista o experimental a las piezas realizadas con metraje ajeno, Belinchón ha recopilado diez años de olfateo por rastros y mercados de pulgas de España y Alemania (donde reside y trabaja desde hace más de una década). El resultado es ‘Four Found Films’, muestra que podemos ver actualmente en la Sala de exposiciones “Santiago Ydáñez”, un espacio comisariado por el propio Ydáñez quien personalmente invitó al artista a exponer en un lugar tan inusual como es un pueblo de la Sierra de Segura. La sala de exposiciones es un espacio atractivo que permite mostrar en buenas condiciones un trabajo extenso y esto fue determinante para que Belinchón aceptara gustoso la invitación.
Esta muestra recoge la serie Paraíso (2006), 4º B (2009), Take 1 (2011) y Grüße aus Spanien (Saludos desde España, 2015). Todos estos trabajos han surgido del objet trouvé, el encuentro azaroso de rollos de película super 8 que unas veces han sido desmontadas y editadas para romper con su idea original y dotarla de un nuevo significado, y otras se ha mantenido la materia prima intacta, porque consciente o inconscientemente, ese material ha sido revelador. Belinchón ha sabido construir con el pasado un presente que conecte ese concepto con sus propios intereses y preocupaciones, ya que considera que el material utilizado tiene el mismo valor que uno nuevo que él pueda filmar. Él ha elegido retroceder en el tiempo, poner su mirada y apretar el botón de REC para mostrarnos un discurso propio, embarcándose en un viaje audiovisual tan imaginativo como estimulante.
Comúnmente se usa la palabra amateur con un sentido peyorativo para denominar a este tipo de grabaciones de mala calidad, domésticas, sin un lenguaje cinematográfico aplicado. Una cámara en unas manos inexpertas y con limitados conocimientos, produce un tipo de cine con encanto y lleno de esencia: planos rápidos, borrosos, movidos... Maya Deren, cineasta de vanguardia, dice que la palabra “amateur” viene de “amante” y uno filma lo que ama, mucho más allá de los intereses estilísticos, sociales y culturales, y mucho más allá de una obligación o necesidad económica.
El valor documental de este tipo de filmaciones es enorme, pero tampoco nos cuenta la verdad al 100%. Lo que vemos ha de ser cuestionado, no podemos dejar que el gusto por lo vintage, que tanto está de moda y ese halo de “landismo” nostálgico, nos haga pecar de ingenuos. Alan Berliner hizo en cierta ocasión una declaración que es muy aplicable a este caso: «Las películas domésticas son falsas representaciones de la familia. Postales de caras sonrientes para la posteridad. Si alguien de otro planeta tuviera que aprender sobre la vida en la tierra mirando sólo unos cuantos rollos de películas domésticas, terminaría pensando que todos los días son domingo, que todos los meses son agosto, que todas las estaciones son verano. Que la vida en la tierra es una gran fiesta: un lugar de ocio sin dificultades». Se nos muestra una época, una arquitectura, una moda, unas imágenes-souvenir que nos hacen difícil distinguir entre lo real y lo ficticio. Belinchón ya trabajó anteriormente, en 2003, en una serie realizada sobre parques temáticos y Las Vegas, y ahora nos hace un discurso más amplio de lo que ya nos quiso transmitir, y es que es indiferente el lugar donde nos encontremos, ya que tan solo es un escenario donde se puede cambiar una y mil veces el decorado. Por eso esta muestra es todo un simulacro sobre la búsqueda de nuestro propio Paraíso o nuestro idílico pisito en un 4ºB.
Belinchón habla del turismo y la transformación del paisaje en Grüße aus Spanien (Saludos desde España, 2015). Le interesa mostrar además de su visión contemporánea, la de los turistas alemanes de los años setenta en sus vacaciones en nuestro país y su modo de ver las cosas. Para ello utiliza fotos realizadas por él mismo y recicla películas privadas de estos viajeros. Es una manera muy elocuente de mostrarnos una época muy significativa para la historia de España como es la desaparición del franquismo y dónde residía el interés de la gente venida de fuera: el flamenco, los toros, la fiesta, la playa... que a su vez, sin ninguna pretensión quizás, también nos enseña algo tan interesante como es el paisaje y sus gentes.
En el rastreo incesante de material ajeno traspapelado, con curiosidad y paciencia, Sergio Belinchón ha conseguido hallar una selección de reciclaje de cine doméstico que con encanto, seduce al espectador y lo atrapa en una atmósfera cálida como es la peculiaridad del cine super 8 de los años setenta y ochenta. El valor sociológico y etnográfico de estas filmaciones documentan lo personal y lo privado, lo real y lo ficticio, y al mismo tiempo, supone un medio de expresión personal para el artista, quien reutilizando lo que otros hicieron en total anonimato, nos muestra una obra contemporánea con nombre propio.